Imagen blanca con productos de belleza y ropa interior sobre un fondo rosa - Saba

Si estás atravesando la pubertad, probablemente hayas observado algunos cambios en tu cuerpo, como el crecimiento de los senos y la cadera.

Tal vez también hayas notado unos cambios importantes en tu zona íntima. Esta es la zona que va desde justo debajo del ombligo hasta tu entrepierna, que tiene una especie de forma de V.

En primer lugar, quizás ya tengas vello púbico, que es un cabello más grueso y más áspero que el resto del cabello de tu cuerpo. También tal vez hayas notado una pequeña cantidad de flujo vaginal, un líquido cremoso o transparente con muy poco olor. No te preocupes, esto es totalmente normal y es algo que les sucede a todas las chicas. Y si bien estos cambios pueden parecer extraños, ocurren por motivos positivos. El vello púbico reduce la fricción, y de este modo tu piel íntima no se irrita, mientras que el flujo vaginal blanco existe para que tu cuerpo de manera natural mantenga el cuello uterino limpio y tu vagina húmeda, lo que ayuda a evitar infecciones.

Otra cosa a la que tenés que estar atenta, por supuesto, es tu menstruación. La primera menstruación es generalmente ligera, quizás apenas una pequeña cantidad de sangre, conocida como 'manchado', o puede ser muy oscura, casi marrón. Esto puede pasar de manera aleatoria, así que no tendrás un patrón claro o predecible para tu ciclo menstrual de inmediato. Una vez más, no hay por qué preocuparte; tus períodos finalmente se normalizarán más adelante.

Al tener vello púbico y flujo, ahora tendrás un olor más fuerte que antes en tu zona íntima, porque la transpiración y las bacterias pueden acumularse rápidamente en esa zona cálida y húmeda. Lo que significa que es realmente importante que adoptes una buena rutina de higiene. Duchate diariamente y ponete ropa limpia, usa ropa interior de algodón 'respirable' y así siempre estarás cómoda y con olor a limpio. Una vez que comiences a menstruar, cambiá tu protección sanitaria con frecuencia y usá toallitas húmedas íntimas, como por ejemplo las Toallitas íntimas de Saba, para mantenerte limpia.

La vagina se limpia sola; no hay necesidad de lavarla por dentro (lo que conoce como 'ducha vaginal'). De hecho, esto puede provocar afecciones como la candidiasis o vaginosis bacteriana, así que evitá hacerlo. También notarás que los jabones perfumados, el gel de ducha y los baños de espuma pueden irritar tu vagina. Por eso, usá un jabón sin perfume o un jabón íntimo como el V-Nutritivo con extractos de almendra y karité de Saba.

Para mantenerte limpia y cómoda, limpiá tu zona íntima después de cada visita al baño, idealmente con las toallitas íntimas de Saba, y luego usá papel higiénico suave para secarte. Mantené tu vello púbico corto o depilado para mantener tu zona íntima limpia y limitar la acumulación de bacterias y sudor. Usá un protector todos los días, como los protectores diarios Saba, para mantener la zona fresca y cuidar tu ropa interior.

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