Si alguna vez has sentido un calor intenso que recorre tu cuerpo y hace que te ardan las mejillas, es posible que ya hayas experimentado un sofoco. Descubramos más sobre qué es un sofoco durante la menopausia y qué podés hacer para evitarlo.


Al igual que la pubertad y el síndrome premenstrual provocan muchos cambios en nuestro cuerpo, como el crecimiento del vello y los cambios de humor, también lo hace la menopausia. Puede resultar extraño sentir que nuestro cuerpo actúa de una manera a la que no estamos acostumbrados y que no podemos controlar, pero la menopausia es un proceso natural que marca el comienzo de un nuevo capítulo en nuestras vidas.


A medida que nuestro cuerpo empieza a reducir suavemente su producción de hormonas durante la menopausia, es probable que experimentemos algunos síntomas. Uno de los más comunes es algo llamado sofocos (o bochornos). Y aunque algunas de nosotras no los sufrimos nunca, otras pueden experimentar varios sofocos al día: cada persona reacciona de forma diferente durante la perimenopausia y es normal experimentarlos también después de la menopausia. ¡Veamos un poco más de cerca!


¿Qué se siente con un sofoco?


¿Alguna vez te han hecho un cumplido o incluso te han llamado la atención por algo y has sentido que tus mejillas se encendían de calor o que toda tu cara se ponía roja? Pues bien, el sofoco no es muy diferente de esto. Muchas personas lo describen como una ola de calor repentina que se extiende hacia arriba por el cuerpo, el pecho, el cuello y la cara, y que a menudo hace que la piel también se enrojezca. 


Los sofocos suelen durar unos minutos, hasta que el cuerpo vuelve a su temperatura normal.


¿Cuál es la causa de los sofocos?


Los sofocos suelen aparecer en torno a la menopausia, por lo que se cree que están causados por los cambios hormonales que se producen durante este periodo (los niveles de las hormonas estrógeno y progesterona en el cuerpo disminuyen). En consecuencia, es normal que la temperatura del cuerpo fluctúe y que a veces se produzca una reacción en forma de sofocos. 


Los sofocos pueden producirse en cualquier momento del día o de la noche, sin que puedas hacer mucho para controlarlos, como ocurre con la mayoría de las reacciones hormonales. Pero hay algunos desencadenantes externos, como la comida picante, la cafeína, el tabaco, el alcohol, la ropa gruesa y ciertos tipos de medicamentos. Aunque esto no significa que tengas que suprimir por completo tu curry favorito o regalar tu querido tejido de punto grueso, hay muchos consejos y trucos que pueden ayudarte a controlar los sofocos.



¿Hay algún consejo para reducir los sofocos?


Aunque los sofocos no sean lo ideal, no son un signo de que algo vaya mal. De hecho, no son más que el cuerpo diciéndole que está pasando por la transición natural de la menopausia. Además, no durarán siempre. Pero si ves que los sofocos se están volviendo demasiado molestos, podés probar estos consejos para aliviarlos: 


-Utiliza ropa de tejidos transpirables y vístete por capas; de este modo, si empiezas a sentir calor, podrás quitarte rápidamente una prenda. 

-Mantente fresca por la noche: utiliza sábanas de algodón en lugar de sintéticas.

-Utiliza una compresa fría, un ventilador o un spray refrescante para aliviar el calor. 

-Si sabes que eres susceptible a ciertos desencadenantes, como el alcohol o el café, intenta evitarlos. Si todavía te apetece el sabor del café por las mañanas, podés pasarte al descafeinado.

-Habla con tu médico sobre posibles tratamientos médicos como la terapia hormonal sustitutiva (THS).

Aunque probablemente a nadie le gusten los sofocos, son un síntoma increíblemente común durante la menopausia: ¡sólo tienes que hablar con tus amigas, tu madre o tus tías! Si los sofocos te hacen sentir cohibida, ansiosa o estresada, también podés probar con ejercicios de respiración, visualizaciones o incluso meditación; al fin y al cabo, controlar tus sentimientos puede ayudarte a afrontarlos mejor.


Y sea cual sea el truco que mejor te ayude a lidiar con los sofocos, también es bueno que te recuerdes a vos misma que no son permanentes, sino sólo una señal de que tu cuerpo se está preparando para una nueva y maravillosa fase. 


Descargo de responsabilidad médica

La información médica contenida en este artículo se proporciona únicamente como recurso informativo, y no debe utilizarse ni basarse en ella con fines de diagnóstico o tratamiento. Consulte a su médico para que le oriente sobre una condición médica específica.

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