Imagen de una madre y su hija acostadas en el piso y charlando - Saba

Todos lo hemos vivido, pero a la mayoría nos vendría bien algún consejo sobre cómo ayudar a nuestras hijas a vivir la pubertad. Desde hormonas en ebullición hasta pechos incipientes, aquí te contamos cómo hablar, apoyar y guiar a tu hija en estos altibajos.

Saber es poder

No tienes que esperar a que tu hija entre en la pubertad para hablar de este tema. Cuanto más exploran los hechos de la vida juntos (desde nombrar las partes del cuerpo, hasta hablar sobre sexo y las relaciones) más normales y menos tabú resultarán estos temas.
 
Las conversaciones pueden surgir de situaciones cotidianas, así que aprovecha las oportunidades que te permiten introducir el tema de forma natural. Te podrías estar cambiando frente a tu hija cuando ella pregunte: "¿Por qué tus pechos son mucho más pequeñas que las de la tía X?, o llevando tampones en tu canasta de supermercado cuando ella dice: "¿Por qué los hombres no los necesitan?"  Estas preguntas te permitirán tener conversaciones sinceras que surjan de la curiosidad de tu hija/o.
 
Cuando te acostumbres a hablar abiertamente, tu hija estará informada, por lo que es menos probable que su experiencia personal de la pubertad le dé miedo, sino que la tomará como una etapa natural de la vida. 

La pubertad comienza mucho antes que la primera menstruación de las chicas

A veces es difícil darse cuenta de las señales más tempranas de la pubertad porque no siempre son evidentes. Pero si quieres ser capaz de ofrecer un apoyo más significativo es importante entender el impacto enorme que tendrá la transición de la niñez a la adolescencia en la manera en que tu hija se siente, luce y se comporta.
 
La pubertad generalmente comienza en las chicas entre los 10 y los 16 años, y puede terminar más o menos a los 18 meses o extenderse durante unos cuantos años. En general, los períodos comienzan un par de años después de que entras en la pubertad. Hemos escrito un artículo sobre cómo preparar a tu hija para la primera menstruación aquí y otro artículo para adolescentes aquí, que abarca todo, desde el primer sangrado hasta el síndrome premenstrual (SPM).
 
Si te preocupa que el desarrollo de tu hija no se ajuste a la "norma" (y a lo que se consideran cambios "normales", por lo que es difícil de definir), es posible que quieras consultar a un médico. No hagas preocupar a tu hija innecesariamente con comentarios como: “¡Eso no me parece que esté bien!" sin antes haber leído o hablado con un médico profesional.  
el útero de tu mamá.

¿Los pechos son la primera señal de pubertad?

Para más de tres cuartos de las chicas, los brotes mamarios son lo primero que aparece. Es normal que un pezón comience a crecer antes que el otro, así que no te alarmes si esto le sucede a tu hija. Como adulta, posiblemente observes una mínima diferencia en tus senos (¡vamos!, la naturaleza pocas veces acata las reglas de simetría).

Otras señales de que la pubertad está en plena ebullición son el vello púbico, las rachas de crecimiento repentino y el acné. Hemos escrito un artículo para adolescentes acerca de lo que puede suceder (y cuándo) aquí, que te puede ser de utilidad si necesitas refrescar algunos conceptos. 

El cuerpo de tu hija se pondrá más curvo y posiblemente aumente de peso. Asegúrate de resaltar que estos cambios son positivos, porque tu hija podría tomarse tiempo para adaptarse y aceptar lo que está sucediendo. Aunque estés tratando de ser amable, ten cuidado con la forma en que dices las cosas. "Esos jeans son ideales para tu forma", es mucho mejor decir que "Vaya, esos jeans realmente resaltan tus caderas en crecimiento".

Las rabietas no son solo para los niños pequeños.

No te sorprendas cuando le digas algo a tu hija que es totalmente inofensivo, y eso haga que se ponga a llorar y salga corriendo de la habitación. Como adultos, podemos darnos cuenta de que ciertas situaciones provocan sentimientos incómodos. Por eso imagina cómo se siente tu hija/o que está lidiando con tantos cambios al mismo tiempo. 

Durante la pubertad, el cerebro produce nuevas células y desarrolla diferentes formas de pensar que pueden hacer que tu hija se sienta fuera de control, abrumada e incomprendida. Hemos escrito algo aquí para las adolescentes acerca de lo que le sucede al cerebro y cómo eso puede afectar el humor durante la pubertad. 

Entonces, ¿cómo puedes ayudar a tu hija a lidiar con estas tormentas emocionales? No es fácil verla enojada o triste, y te podrá hacer sentir tan confundida como ella. La mayoría de los padres saben que la paternidad no es una tarea fácil, pero seguimos sintiendo una sensación de fracaso al no poder solucionar los problemas ni levantarles el ánimo en un instante.

La pregunta que hay que evitar: "¿Por qué estás tan loca?". Eso solo hará que tu hija se sienta mucho más sola y mucho menos comprendida. Intenta encontrar de dónde proviene la frustración y aliéntala a que comparta cómo se siente. Si no sabes cómo seguir, y la situación se pone más tensa, sugiere de manera tranquila que ambas se tomen cinco minutos. Que quede claro que no estás castigando ni abandonando a tu hija. Sino explícale que se necesita un poco de aire para respirar.

Imagen de una madre y dos hijas riendo y divirtiéndose - Libresse

Marca las diferencias y comparte las experiencias

Así como la moda y los gustos musicales han cambiado desde que fuiste adolescente, también han cambiado las cosas que tu hija hace y la forma en que se comunica. Si quieres compartir lo que has pasado, habla en primera persona para que sepa que no hablas por ella. Demuestra que entiendes lo diferente que eran las cosas cuando eras más joven y que sientes curiosidad por lo que ahora vive tu hija. Eso ojalá la aliente a tener sus propias experiencias y sentimientos. 

En la vida hay momentos difíciles y tranquilos, por es sabio compartir las cosas positivas y negativas de la pubertad, porque estas serán más reales y tu hija se identificará mejor. Un poco de humor cada tanto puede ser lo que se necesite para romper el hielo. Si puedes recordar el horror de tu primera experiencia con el corpiño (¿Dónde lo compraste?, ¿Cómo te sentiste? y ¿Cómo se veía?) entonces cuéntasela. La pubertad es algo serio, pero no por eso debe ser solemne.

Tómate un tiempo, hazte el tiempo

Es difícil. Quizás trabajes todo el día, tengas otros hijos y muchos compromisos, y a veces las tres cosas. Pero al menos si tomas diez minutos de aquí o allá para estar juntas puede marcar una gran diferencia cuando se trata de apoyar a tu hija. 

No necesariamente tienes que esperar a que ella pregunte, ella tal vez esté esperando a que tu comiences con las conversaciones más difíciles. Sé valiente. Ser adulta también es enfrentar aquellas cosas que te ponen incómoda. Aunque tu hija sienta vergüenza, tu coraje tendrá sus frutos a largo plazo.

Lo único que necesitas es una caminata, andar en auto o una taza de té en la mesa de la cocina, solo un espacio y un momento para las dos en donde no las interrumpan. Algunas cosas deben hablarse a puerta cerrada, no porque sean vergonzosas, sino porque tu hija querrá un espacio tranquilo si quiere hablar abierta y honestamente.

Si una pregunta realmente te desconcierta, dile que volverás más tarde cuando hayas hecho tu investigación o hayas tenido tiempo para pensar. Y asegúrate de hacerlo. Tu hija se sentirá mucho más cómoda al tener estas charlas íntimas si siente que hablas con ella seriamente y respondes sus preguntas con cuidado y consideración.  

Mirate a ti misma

Recuerda que no solo es tu hija la que necesita apoyo. Como madre solo podrás hacer bien tu trabajo si sabes cómo mirarte a ti misma. Es una buena idea conversar con otras madres o padres con quienes tengas confianza. El solo hecho de compartir experiencias similares te reconfortará, porque darás y brindarás consejos sobre la parte más complicada de la paternidad.

Cuando te sientes deprimida, contestarle el teléfono a un amigo puede parecer muy difícil (igual que responder cualquier otra cosa que no sea "estoy bien" a la pregunta "¿Cómo estás?”) Pero seguramente sea justo lo que necesitas. Si tus hijos ven que a menudo pides apoyo y consejo a otras personas, ellos estarán más dispuestos a hacer lo mismo y podrán hablar sobre las cosas que les están resultando difíciles.

Hemos escrito un artículo para adolescentes sobre cómo manejar la pubertad aquí. Tratamos muchos de los temas que hemos visto en este artículo, así que vale la pena leerlo.

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